CONCURSO DE ACREEDORES
Alfredo Diaz Martinez • 26 de mayo de 2020
Explicación clara de qué es un concurso de acreedores

¿Qué es un Concurso de Acreedores?
Un concurso es un procedimiento que se sigue ante el juez y se origina cuando una empresa no puede hacer frente a la totalidad de sus obligaciones. Con él se buscará, por un lado, satisfacer el interés de los acreedores (cobrar sus créditos) y, por otro, el de la empresa concursada (salir de esa situación sin ninguna responsabilidad).
¿Cuándo una empresa debe estar en Concurso de Acreedores?
Una empresa debe estar en concurso cuando no puede hacer frente a las cantidades debidas a sus diferentes acreedores.
¿Qué es la insolvencia?
La insolvencia es aquel estado en el que una empresa no puede atender a los pagos que debe realizar (pasivo exigible) a sus distintos acreedores: trabajadores, hacienda pública, entidades de crédito, etc. Además, dichos pagos serán superiores a los recursos económicos disponibles.
¿Una empresa que tiene mucho patrimonio, puede ser insolvente?
Sí, por supuesto. Tener mucho patrimonio, es decir, mucho activo, no garantiza al 100% ser solvente. Una empresa solvente es aquella que posee recursos líquidos o fácilmente liquidables, es decir, que puedan ser rápidamente convertibles en dinero.
¿Qué tiene que hacer un empresario cuando ve que su empresa es insolvente?
En primer lugar, contactar con profesionales expertos en asesoría legal para un estudio pormenorizado de la situación en la que se encuentra la empresa. En caso de hallarse inmersa en situación de insolvencia, los administradores deberán remover dicha situación, o en su defecto, solicitar la declaración de concurso voluntario de acreedores ante el juzgado de lo mercantil dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que la hubieran conocido. En este momento se ha ampliado el plazo de dos meses hasta final del año intentando previamente cualquier mecanismo como un acuerdo de refinanciación o acuerdo extrajudicial previo al concurso a fin de buscar la viabilidad de la empresa antes las perspectivas económicas en las que nos encontramos.
¿Qué puede pasar si el administrador o empresario/autónomo no solicita el Concurso de Acreedores?
Que cualquier acreedor al que dicha empresa no le pague su crédito, puede acudir al juez para que declare el concurso necesario.
¿Qué diferencias existen entre el concurso voluntario (solicitado por el deudor) y el concurso necesario (solicitado por un acreedor)?
Existen varias diferencias:
• Respecto a quien solicita el concurso:
1.- Un concurso voluntario lo solicita el deudor, es decir, la empresa insolvente.
2.- Un concurso necesario lo solicita cualquiera de los acreedores de la empresa deudora. Además, dicho acreedor se beneficiará de que una parte de su crédito (el 25%) tendrá la condición de crédito privilegiado.
• En cuanto a la administración concursal nombrada por el juez, en general:
Si es un concurso voluntario, la administración concursal se limitará a intervenir las facultades del administrador social, es decir, se limitará a autorizar con su firma las actuaciones del administrador societario.
Si es un concurso necesario, el administrador societario quedará suspendido en su cargo y le sustituirá la administración concursal.
En cuanto a la fase de calificación; la existencia de un concurso necesario permite la aplicación de una presunción de culpabilidad ante el incumplimiento del deudor de solicitar un concurso voluntario en plazo.
Si soy acreedor de una empresa que está en una mala situación y no me paga, ¿solicito un Concurso Necesario o es mejor iniciar, por ejemplo, un Procedimiento Cambiario?
Dependerá de la solvencia de la empresa deudora ya que habrá de verse si interesa más una liquidación colectiva de los activos de la deudora o de manera individual.
¿Qué debe hacer el deudor una vez que se ha declarado el concurso?
La concursada tiene dos opciones:
• Convenio: en caso de querer continuar con la actividad que venía realizando en el mercado, se intentará llegar a un acuerdo con todos los acreedores para disminuir la cuantía de la deuda o alargar el plazo de pago.
• Liquidación: en caso de no querer continuar con la actividad (o no lograr un convenio) y preferir el cierre de la empresa, se buscará la venta de sus bienes para pagar a los acreedores con lo obtenido.
Efectos de un concurso declarado sobre los acreedores:
1.- Deben comunicar sus créditos.
2.- Se paraliza el devengo de intereses.
3.- No podrán instar nuevas demandas.
4.- Se paralizan los procesos ejecutivos en los que los bienes estén a punto de salir a subasta sobre bienes afectos a la actividad empresarial.
¿Es cierto que hay un período antes de declarar el concurso en el que se analiza si se llevaron a cabo actuaciones perjudiciales para los acreedores y beneficiosas para personas especialmente relacionadas con el deudor (período de sospecha)?
Sí, es frecuente que antes de la declaración del concurso el deudor haya realizado determinados actos, bien de forma fraudulenta o bien sin dicha intención, en perjuicio de la masa activa.
Un ejemplo de un acto de este tipo puede ser vender bienes de la empresa a bajo precio (o incluso donarlos de forma gratuita) a personas especialmente relacionadas con el deudor, como por ejemplo su cónyuge.
Por ello, si el negocio jurídico realizado es perjudicial para el conjunto de acreedores se otorga la posibilidad de su rescisión.
Si la empresa es viable, ¿qué se buscará en un concurso?
Se buscará llegar a un acuerdo (que establezca quitas o esperas) con los acreedores. Debe ser aprobado por la mayoría del pasivo de la sociedad deudora y tras su aprobación quedarán sometidos a él tanto los acreedores ordinarios como los subordinados.
¿En qué consiste la fase de liquidación?
La liquidación de una empresa concursada busca vender los bienes de su patrimonio para atender al pago de los créditos acreedores con el dinero obtenido, o llevar a cabo la transmisión íntegra del negocio a una empresa viable.
¿La actitud de los administradores previa al concurso es castigable?
Puede ocurrir que los administradores hayan cumplido con todos sus deberes y que por circunstancias fortuitas la empresa sea insolvente de forma intachable. Pero, por el contrario, puede ocurrir que la empresa haya llegado a esa situación de insolvencia debido a la negligente actitud de su administrador. En este último caso sí podría aplicarse un castigo a los responsables.
A la hora de aclarar qué implicación tienen los administradores en dicha situación de insolvencia, intervendrán por un lado la Administración Concursal, el Ministerio Fiscal y el juez, y por otro los administradores a quienes se les pretende calificar como culpables.
¿Cómo es la calificación del concurso y qué efectos tiene?
La calificación del concurso puede ser culpable o fortuita. Será culpable si los actos realizados por los administradores crearon o agravaron la situación de insolvencia de la concursada. Por el contrario, si el concurso es calificado como fortuito se exonerará a los administradores de toda responsabilidad por el estado de insolvencia de la deudora.
Consecuencias concurso culpable:
• Su inhabilitación para administrar bienes ajenos por un plazo de 2 a 15 años
• Pérdida de los derechos que puedan tener como acreedores
• Y como consecuencia más grave, responder con sus bienes personales de los créditos no atendidos totalmente con la liquidación de la concursada.
¿Cuándo y cómo termina un concurso?
Es el juez el que debe declarar concluso el concurso.
Esto ocurrirá cuando se cumpla el convenio, cuando se paguen por completo los créditos de cada acreedor, cuando no existan bienes para satisfacer a los acreedores o cuando renuncien la totalidad de los acreedores.

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Los requisitos formales para la iniciación, instrucción y resolución del expediente. Los mecanismos de reducción de multas por conformidad con la propuesta o por el pronto pago. Clasificación de infracciones y tipos de sanciones La LGT clasifica las infracciones tributarias en tres grandes categorías, dependiendo de la naturaleza del incumplimiento y del perjuicio económico causado a la Hacienda Pública: Leves: Por lo general, son incumplimientos de obligaciones formales, como la no presentación de una declaración informativa sin perjuicio económico o presentarla fuera del plazo legal, pero sin requerimiento previo. Graves y Muy Graves: Implican un mayor daño a la Hacienda Pública, como la omisión o falseamiento de datos que resulten en la falta de ingreso de la deuda (cuotas no declaradas) o la utilización de facturas, justificantes o documentos falsos o falseados. En cuanto a las sanciones, pueden ser de dos tipos: Pecuniarias: Multas, que pueden ser fijas (una cantidad concreta) o proporcionales (un porcentaje aplicado sobre la base de la sanción). No Pecuniarias: Menos comunes, pero graves, como la prohibición de obtener subvenciones públicas, la pérdida del derecho a aplicar determinados beneficios fiscales o la suspensión del ejercicio de actividades profesionales. La tramitación: separada y con plazos estrictos El procedimiento para imponer una sanción se tramita, por regla general, de forma separada e independiente del procedimiento de liquidación de la deuda, salvo que el contribuyente renuncie expresamente a esta separación para que ambos se tramiten conjuntamente. Esta separación garantiza el derecho de defensa, permitiendo discutir por separado la deuda y la infracción. 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